Los incendios en la comarca de El Bolsón – Lago Puelo son una tragedia ambiental, estructural y sobre todo social. Mientras miles de vecinos eran testigos de como el fuego arrasaba con sus hogares y el esfuerzo de toda una vida, se disparan un montón de interrogantes: Por qué y cómo llegamos a esta situación. Básicamente desidia y abandono.
Ya sin discutir el probable origen intencional de esta catástrofe, hay un segunda cuestión que tiene igual relevancia: El abandono y la desidia a la que son sometidos permanentemente los ciudadanos de un Estado que pretenden que creamos que está presente, pero cuando realmente se lo necesita brilla por su ausencia. Las tareas pasivas y precautorias para disminuir riesgos o mitigar efectos de incendios forestales brillan por su ausencia.
El presidente Alberto Fernández y el ministro de Ambiente Juan Cabandié afirman que están ocupados en el tema. Cuál es el posible nivel de ocupación cuando El Ministerio de Ambiente solo detenta el 0,5% del presupuesto nacional. Un avión hidrante modesto cuesta tres veces los presupuestado por el Ministerio de la Mujer para Coffe brake y lunch. Es decir que estamos ante un gobierno que prioriza “sanguchitos de miga” antes que el cuidado de los bosques y los vecinos que allí viven.
También es equiparable al gasto realizado por Alberto Fernández en el alquiler del avión privado para el viaje a presidencial a México, el cual costó nada más y nada menos 150.000 USD. Básicamente estamos ante un problema de prioridades.
Una vez más en vez de hacer una asignación inteligente del presupuesto, se gastan fortunas en circos, pero no en aquello que es sumamente importante, no son un Estado presente son un Gobierno que ha generado un estado de absoluto abandono. La Patagonia presidente también es argentina.
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