Los argentinos sentimos miedo por el futuro. Por primera vez en la historia millones de trabajadores y jubilados no logran llegar a fin de mes a pesar de cobrar todos los meses su sueldo.
La inflación está proyectada en el 100% anual, y La pobreza llega a nivel escandalosos que duelen. 50% de pobres es el resultado de la política del parche y el atajo escondida detrás de la política de que devolvían el asado. Lo peor de todo es que tras esa estadística numérica hay argentinos que están moralmente derrotados. Hagan lo que hagan saben que no llegan a fin de mes y a nadie parece importarle.
Hay más datos que destruyen el sueño del país normal, desarrollado y estable que todos desearíamos tener. Nadie explica cómo van a lograr que los 2.3 millones de pibes que abandonaron la escuela regresen. Mucho menos van a lograr explicar como el sistema escatimó puede ser capaz de enseñarles algo que les permita al menos defenderse en la vida diaria.
Sin educación, con pobreza extrema y una penetración del narco tan pronunciada, El futuro está destinado a no ocurrir. La inseguridad va en aumento y desde el gobierno al igual que con el resto esconde los números o muestra lo que conviene. Los comercios e industrias piden apertura económica, pero el equipo económico eligió ocuparse de las figuritas del mundial. Faltan insumos medios, para la industria y el campo. Ha pero las figus.
El presidente en el universo paralelo se ocupó de comprarse una lujosa guitarra en NYC en un viaje mega millonario y con escandalosa comitiva de 50 personas, mientras al argentino le impiden viajar al exterior o le imponen impuestos de dudosa constitucionalidad.
Mientras tanto El gobierno elegido por los argentinos maneja las prioridades de los forajidos. Sobrevivir en los cargos a cualquier costo, no tener absolutamente ningún plan más que garantizar la impunidad de Cristina Kirchner. Esa fue la única finalidad de volver al poder. La ampliación de la Corte está completamente desdibujada en un país donde la realidad requiere otro nivel de responsabilidad. ¿Esteremos a tiempo?
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